LEYENDA:
Según la tradición, la villa de Montblanc estaba siendo aterrorizada por un colosal dragón. La bestia se había instalado a las afueras del pueblo, infectando el aire y el agua con su aliento apestoso y causando estragos entre el ganado.
En su búsqueda de alimento, cada vez se aproximaba más a las murallas, por lo que los vecinos tuvieron que buscar una forma de mantenerlo apartado. Empezaron dándole de comer ovejas; cuando éstas se acabaron, siguieron con los bueyes, y luego con los caballos. Y por fin no tuvieron más remedio que sacrificar a los propios habitantes. Se metieron los nombres de todos en un puchero, también el del rey, y el de su hija la princesa, y cada día una mano inocente decidía quien moriría la mañana siguiente. Y una tarde la escogida fue la princesa.
Dicen unos que el rey lloró y suplicó a sus súbditos por la vida de su hija, pero que de nada le sirvió, ya que no era el único padre desconsolado. Cuentan otros que el rey entregó a su hija con valentía y entereza. Sea como fuere, la joven salió de las murallas y se dirigió hacia su triste destino.
Cuando el terrible dragón avanzaba hacia ella, surgió entre la bruma un hermoso caballero vestido de blanco sobre un caballo blanco que arremetió contra la bestia. El animal, herido, se sometió al caballero, que le ató al cuello un extremo del cinturón de la princesa.
La dama tomó el otro extremo del cinturón y, para pasmo de los pobladores de Montblanc, condujo al dragón como a un perrito hasta la puerta de la ciudad. Allí, a la vista de todos, el caballero remató a la bestia de un certero golpe de lanza. Dicen unos que el dragón se fundió y fue absorbido por la tierra.
Cuentan otros que un gran charco de sangre se formó a los pies del caballero. Sea como fuere, en aquel mismo instante creció un rosal y de sus ramas brotaron rojas rosas. Jorge, o Jordi, o George, o Giorgios, que es como se llamaba el caballero, obsequió a la princesa con una de esas rosas.
Semejante gesto hizo que el santo caballero alcanzase fama y popularidad durante la Edad media, y que fuera escogido patrón de la caballería y la nobleza.
Pero lo que definitivamente ha empujado a la importancia de ese día ha sido que ahora se ha considerado como "Día Internacional del libro".
Esta misma leyenda, con ligeras variaciones, se repite en las tradiciones populares de Inglaterra, Portugal y Grecia, entre otros países.
Bonita tradicion catalana.
Besos.
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Bonica tradició i millors roses, quines galetes més xules. Petons i Bona Pasqua.
ResponderEliminarMagdala!!! te han quedado preciosas, me encantan!!!! besos y feliz puente!!!!
ResponderEliminarPreciosas rosas, y gracias por la leyenda...
ResponderEliminarUn besazo de Ele.
Bonita historia y preciosas galletas. Besitos.
ResponderEliminarte han quedado preciosas, me gusta la historia, besos
ResponderEliminarQUE PRECIOSIDAD, Y LA HISTORÍA TB , UN BESICO.
ResponderEliminar¡Preciosas rosas y bonita tradición! Viví 4 años en Barcelona y siempre me encantó salir a pasear el día de San Jordi, ¡el ambiente es fantástico!
ResponderEliminarPor cierto, hice para el partido de ayer tu receta de guacamole y ¡me encantó! ¡Estaba buenísimo! hmmmmm
Un beso y feliz semana santa
Qué bonita leyenda y qué preciosidad de rosas.
ResponderEliminarUn besito.
¡Qué bonitas!
ResponderEliminarTe han quedado preciosas...y muy dulces estas rosas!!!
ResponderEliminarBesos!!
Que bonita tradicion!!.....Felices Pascuas......Abrazotes, Marcela.....voy a hacer un concurso.....ojala puedas participar......pasa a verme!....
ResponderEliminarMuy buena idea a la vez que regallas una rosa regalas una galleta, por lo menos no se marchita y algún estómago te lo agradecerá.
ResponderEliminarQue bonitas galletas y que historia mas bonita!! un beso
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